Tras casi cuatro años apartada de los escenarios, Paulina Rubio estrena hoy “Mi nuevo vicio”, una canción que han compuesto para ella un puñado de chavales colombianos, los Morat, que le han devuelto al vértigo del directo: “He hecho un reset de mi misma. Me siento renovada”, afirma la artista.
En una entrevista con Efe realizada en Madrid, donde el domingo participará en un concierto solidario junto a artistas como David Bisbal, Maldita Nerea, El Pescao, Sheppard, M Clan y Juanes, entre otros, Paulina Rubio asegura que, después de ser madre, las prioridades de su vida han cambiado.
“Definitivamente hay momentos para cerrar ciclos, y yo hice un reset: apagué el ordenador, lo deje enfriar y lo volví a prender. Me siento renovada, me siento que vivo un nuevo comienzo”, afirma.
Y antes de que su agitada vida privada salga a relucir, la mexicana aclara: “El hombre de mi vida tiene cuatro años y es el motor que me mueve, para él vivo. Y ahora me toca vivir con una capa de superhéroe porque este niño no para -se ríe-, solo piensa en el valor, el honor, la disciplina, los músculos”.
Vestida con una cortísima falda blanca y una cazadora de cuero negro con estampado de leopardo, a juego con los estilettos, la mexicana ha recuperado su escultural figura de los veinte años a causa, dice, de la energía que le requiere cuidar a su hijo.
La nueva canción que presenta hoy y que le gusta “muchísimo” porque dice que le produce la misma sensación que “cuando abres la ventana y llega el aire fresco”, es sólo un adelanto de lo que será su undécimo álbum, que la cantante de “Ni una sola palabra” está a punto de terminar.
“Estamos llegando ya a los toques finales”, explica, tras comentar que trabaja con varios productores y compositores distintos.
Mientras estuvo fuera de los escenarios, la mexicana participó en programas de televisión de gran éxito, como “The Voice Kids” (Estados Unidos), “La voz México” y, sobre todo, “The X Factor”, que recuerda especialmente: “Se proyectó a no se cuántos cientos de países y fue muy importante para mí porque me enseñó que todo lo que he aprendido en estos años lo puedo transmitir”.
“En este tiempo que he trabajado más como productora, empresaria, y, sobre todo, como mentora (de nuevos artistas) he aprendido mucho (…) Yo empecé a cantar a los seis años y tuve esa mano; Miguel Bosé -recuerda la artista- me ayudó siempre, y aún hoy me sigue dando consejos”.
Por eso dice que, hoy por hoy, lo que más le motiva es “dar la oportunidad al nuevo talento, a la nueva generación”.
Así trae a España a Morat -a los que llaman los “One Direction” latinos-, cuatro chicos colombianos de entre 14 y 18 años que “llegaron a mi vida y yo a la suya en un momento inesperado y crucial”.
Habla con pasión de su hijo, de Miguel Bosé y de su infancia en un pueblecito gallego donde, en los veranos, se quitaba los zapatos y se volvía salvaje, “cogiendo truchas con las manos”.
“España es mi segunda patria”, afirma, “me trae recuerdos de vacaciones, fiesta, familia, amor…”.
A sus 43 años, Paulina Rubio asegura haber aprendido mucho; pocas artistas pueden presumir de haber vendido 20 millones de discos después de veinte años como solista; hoy, dice, con toda la energía de sentirse a gusto consigo misma, se toma la vida “con más tranquilidad”.
“Mi vida familiar es lo más importante. Y sí, para escribir, para componer -afirma- siempre tiene que estar presente el amor”.
“Estoy muy feliz, me encuentro en una posición fuerte y con las ideas muy claras; sacar este disco para mí ha sido como decir: ‘yerba mala nunca muere’“, concluye entre risas, mientras guiña un ojo y agita su famosa cabellera rubia que le valió el apodo de “la chica dorada”.
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