

Confesiones del astro español Julio Iglesias
Repuesto de la pequeña intervención rutinaria a que fue sometido
recientemente en la parte lumbar de la espalda, el astro español Julio
Iglesias continúa lleno de vitalidad, abrazando la vida cada día con
alegría, con la misma picardía, y disfrutando del amor sin perder de
vista sus sueños.
“Estoy contento porque estoy vivo, porque sigo con ganas de hacer cosas y
no paro. Vivo agradecido de la vida. porque no esperaba estar cantando a
los 71 años. Quiero hacer mucho, pero me queda poco tiempo porque el
tiempo pasa y es inexorable. Mi padre duró mucho, pero yo no creo durar
tanto. Pero lo que tengo claro es que me quedan compromisos con mi vida
y con la gente”, compartió el intérprete.
El cantautor se encuentra en Marbella, España, grabando la versión en
portugués e inglés de su nueva producción México, para Sony Music, que
sale a la venta en septiembre, dedicado a grandes ídolos de la música
mexicana entre los años 50 y 70, y en el que incluye, Fallaste corazón,
su primer sencillo que ya está en el mercado.
“La música mexicana de los años 50 es una maravilla, se puede cantar de
una manera clásica o diferente. Me costó mucho trabajo buscar la línea,
pero la encontramos y ahora estoy feliz, cantando a mi estilo, con
arreglos instrumentales nuevos y la parte original de los mariachis para
llevarlo a otro mundo. Seguramente van a haber muchas críticas, pero no
me importa porque lo he hecho con muchísimo cariño. El disco está muy
bien hecho y la compañía está contenta. El sencillo fue elegido por la
compañía, pude haber elegido otro, pero es un tema que se identifica con
México”.
El compositor de La vida sigue igual recordó que cuando visitó a Puerto
Rico por primera vez en el 1973, no imaginaba llegar tan lejos.
“Pensaba que iba a cantar en Latinoamérica sí, pero no en Finlandia,
China, África, ni en mis más distantes sueños pensaba que un artista tan
pequeñito y tan malo como era yo al principio, iba a llegar a cantar
con Frank Sinatra y en el mundo entero, era impensable. Ha sucedido poco
a poco, cantando en diferentes idiomas (14), son regalos que te da esta
vida de ensueño que he tenido desde hace 45 años. A lo mejor fue porque
le llegó la manera de cantar mía, lo cierto es que este payaso les
llegó”.

-Dos de tus ocho hijos son cantantes, Julio y Enrique Iglesias. ¿Has notado algún interés por la música en los más chiquitos?
“Puede ser, creo que no son muy pequeños, pero nunca se sabe. Tampoco
esperaba que Julio y Enrique fueran artistas, pero hay ciertas
motivaciones que los llevan a eso porque si tú juegas al tenis sabes que
ellos van a querer jugar”.
-Se ha dicho que existe un distanciamiento entre Enrique y tú, ¿es cierto?
“No, es una mentira, la relación de Enrique conmigo es la de un padre y
su hijo, no tiene nada que ver con la música. Cada vez que me visita
hablamos como padre e hijo, yo le cuento mis cosas y él me cuenta las
suyas, lo normal, no hay nada más”.
-¿Cómo eres de abuelo?
“No soy muy bueno porque como tengo hijos que todavía están creciendo no
le hago mucha gracia, pero mi hija mayor (Chabeli) lo entiende”.
-¿Qué te parece el romance entre Isabel Preysler (madre de sus tres hijos mayores) con el escritor Mario Vargas Llosa?
“No estoy muy preocupado por eso y no me motiva hablar de eso. Como
decía un torero español de los años 50 de otro torero, ‘cada uno es cada
uno’”.
-Esa paz que proyectas ¿la has logrado junto a Miranda (madre de sus cinco hijos menores)?
“La realidad es que he tenido muchísima suerte. He encontrado a una
mujer que es una gran compañera en este viaje que es la vida”.
-¿Te costó dejar la vida de mujeriego de antes por Miranda?
“Para ser un señor de casa, un cura. No, yo sigo teniendo novias
(carcajadas)… El cambio fue natural. Lo que pasa es que ahora veo el
mundo de otra manera, mucho más creativa que cuando era joven, Estoy
tranquilo, hago deportes en la mañana, sobre todo nado mucho, en la
tarde voy al estudio y cuando regreso hago media hora de relajación.
Todos los días la misma rutina. Tengo que cuidarme más”.
“La verdad es que no tengo mucho tiempo para escucharlos. Eso no quiere
decir que no me entero de lo que pasa con la música. Prefiero escuchar a
Whitney Houston y Mariah Carey. Es que ahora escuchas a alguien en la
radio y a las dos semanas pasó. Como en esos concursos que todos cantan
mejor que Bob Dylan y que yo por supuesto. El problema es que no le dan
armas a esos chiquillos para seguir aprendiendo”.
-¿Cómo te ves en los próximos años?
“Me veo creativo, loco por cantar, con ganas de hacer cualquier
sacrificio para tener más fuerza, aunque tenga que dejar el vino. Voy a
hacer todo para tener calidad de vida y no perder la pasión de seguir
trabajando… En realidad ya no trabajo por ganar, sino porque si no
trabajo seguramente me moriría, no físicamente, pero se moriría mi
alma”.
-Claro que Julio no trabaja por dinero. Su fortuna se calcula en
sobre $300 millones, en ventas de discos, presentaciones, y como socio
dueño del Grupo Punta Cana en República Dominicana donde reside y tiene
un estudio de grabación. Sin embargo, tantas posesiones se han
convertido en una carga para él.
“No tengo tiempo de disfrutar de mi vida. Antes no tenía nada y era
feliz buscando, ahora no. Lo que quiero es vender tantas cosas que he
acumulado en la vida, es un peso terrible. Tengo tantas propiedades que
hay que cuidar. Mis hijos mayores están en otro mundo. Le dije a Julio
que se encargue de todo y me respondió ‘no papi, estás tu loco’. No
quiero acumular más carga sobre mis alas que ya no tienen tanta fuerza.
Lo que quiero es tener un barquito para estar solo con mi familia y
viajar el mundo”.
-¿Cómo quieres ser recordado?
“No me gusta que me recuerden porque no me quiero morir. Sólo que digan
que aprendí a cantar, y que todo lo que tengo se lo debo a la gente”.
(El Nuevo Día)









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