Santo Domingo,Republica Dominicana.-Joseph Cáceres está vinculado a los medios de comunicación desde muy joven. Aunque el arte dramático y la literatura concitaron toda su atención y su tiempo durante una parte importante de su vida, sus dotes de comunicador se impusieron.Durante el largo camino recorrido para forjar su nombre y alcanzar el prestigio y respeto de la sociedad, ha aprendido muchas cosas, entre ellas aquellas que como cronista de arte y espectáculos le han permitido aportar al desarrollo de carreras incipientes, pero también otras que ni el tiempo, ni las malas experiencias han logrado mitigar el dolor.
Para el tres veces presidente de Acroarte, y uno de sus miembros fundadores, “la parte ingrata de su profesión es que los artistas te buscan, quieren que tú los apoyes y los ayudes, cuando no tienen nombre, no son famosos, pero después que se realizan, que son las grandes estrellas, les da estrés ser abordados por la prensa, se olvidan de la gente que los apoyó en ese trillar del camino”.
Sin embargo, mientras pueda, afirma, seguirá aportando y apoyando el talento de los artistas dominicanos.
1. El mayor de cuatro hermanos
Nací en Santo Domingo. Soy hijo de José Cáceres Flores, militar, y Filomena Mateo de Cáceres. Yo soy el mayor de cuatro hermanos, de los cuales quedamos tres. Mi papá era soldado y luego ascendió en la carrera hasta convertirse en oficial del Ejército, con una formación disciplinaria, que en gran medida la impuso en el hogar. Los militares crean una estructura en cuanto a su comportamiento.
Mi papá manejaba la casa como su pequeño regimiento, su pequeña fortaleza. Eso, por un lado, nos creaba bastante presión porque había que hacer todo bajo esos criterios rígidos, establecidos previamente, pero contribuyó a nuestra formación en cuanto a esos valores que se nos inculcaban e imponían. Esa disciplina, casi militar, me ha servido de por vida, para ser recto y tener carácter en las cosas. Pienso que mucho de lo que yo he logrado en la vida ha sido gracias a la formación, enseñanza y disciplina con que nos crió papá. Me crié en el barrio María Auxiliadora.
2. Abnegación
Yo valoro y agradezco la gran preocupación que siempre tuvieron mis padres por procurar todo lo mejor que pudiera un niño tener y, sobre todo, aparte de la protección, había una preocupación esencial por los estudios. Digamos que hubo contradicciones en algún momento, porque mi padre quería que yo siguiera la carrera de él como militar, que me fuera para la academia, pero a mí me gustaban las artes. Hubo conflictos ahí.
3. “José Tormento”
Era tan inquieto, que mi mamá me bautizó como “José Tormento”, Jajajaja… Era muy inquieto, con todo y tener esa disciplina de hogar, no era muy conformista con las cosas, siempre estaba buscándole la quinta pata al gato, tratando de profundizar en todo. Creo que esa inquietud me ha favorecido por el hecho de que el que no es inquieto en la vida y se conforma con lo que ha alcanzado, con lo que ha logrado, no se desarrolla; y la vida es permanentemente un proceso de evolución, donde se hace necesario, para trascender, multiplicar los pasos. Hay que mover las cosas para ver qué hay debajo, qué hay detrás.
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